«Les quiero compartir mi experiencia en el Concurso Intercolegial de Danza Folklórica ‘El Mariscalino de Oro’ como acompañante del grupo de danza.
La verdad, desde el momento uno fue emocionante. Cuando llegué a mi colegio, Fernández Madrid, me dirigí al salón de ECA, que considero uno de mis lugares favoritos, ya que ahí es donde solemos ensayar. Al llegar, me percaté de que ya estaban otras compañeras mías esperando para irnos. Pero Martita, una de nuestras excelentes licenciadas, nos dijo que preparáramos una barra para gritar al momento de que se presentaran. Entonces, entre todas, decidimos gritar la de ‘¿Qué dice la L?’.
Ya al momento de salir, Martita nos hizo formarnos en dos filas, y entre todas éramos como 12 a 15 niñas. Lo lindo fue que todas íbamos como patitos tras Martita.
Al llegar al colegio ‘Antonio José de Sucre’, sentimos la hospitalidad de los guardias, licenciados y más personas que estaban en el evento. Claro, pasamos saludando y nos dijeron que subiéramos al tercer piso para ver las presentaciones desde arriba.
Una presentación del grupo de danza de los anfitriones dio inicio al evento, y en ese momento todas éramos atentas, ya que nos dimos cuenta de varios detalles y errores que nos suele decir nuestro licenciado de danza, Romel Osorio, como no perder el centro, la buena postura y que se noten las ganas de bailar.
Después de varios colegios, de los cuales no estuvieron mal, llegó nuestro turno. Nosotras, al escuchar que la siguiente presentación es del Fernández Madrid, todas nos pusimos felices y nerviosas, ya que sabíamos que coreografías iban a salir, pero nos atemorizaba lo que pudiera pasar en ese instante. Como dicen, el peor enemigo de una persona es su mente. Recuerdo muy claro cómo todas gritamos nuestra barra Fernandina.
Durante la presentación, nos dimos cuenta de que éramos los únicos en presentar un baile colonial, y los además, presentaron en su mayoría Raymis. Y a nosotras siempre nos dicen que debemos ser originales en todo sentido. Ya viendo la coreografía, fue algo magnífico ya sería por qué era nuestro colegio, pero no le vi tantos errores como los demás colegios.
Al finalizar la presentación, todas nos echamos ánimos y les gritamos que lo hicieron excelente. Yo pude ver a mis amigos y amigas con una gran sonrisa preocupada, pero se entiende, ya que uno no se ve como baila.
No sé cómo explicar con precisión ese sentimiento que tienes, que es de preocupación y esperanza, ya que cuando iban a mencionar a los ganadores y finalistas, todas nos agarramos de las manos y yo estaba de rodillas con otras dos amigas más, literalmente rezando que nos vaya bien. Todas cerraban sus ojos y decían ‘por favor, por favor’. Primero dieron unos banderines a otros colegios, y nosotras éramos preocupadas ya que no mencionaban nuestro colegio, y fue donde nos entró el miedo, el temor de ni llegar a clasificar… pero después de mencionar el primer y segundo lugar, nos asustamos más, ya que quedamos nosotros y otro colegio.
Y al anunciar el primer puesto, era como que nos decían, pero a la vez no. Eso nos puso peor, ya que todas nos tomamos de la mano, esperando que nos digan el primer lugar. Hasta que lo anuncian de una forma graciosa pero creativa, ya que fue ‘Y el primer lugar del concurso intercolegial de danza folklórica es para… Los vecinos de al lado’. Y festejamos como no se tiene idea. Gritamos, lloramos y nos abrazamos. No lo podíamos creer.
Con toda nuestra fuerza, hicimos nuestro grito de ‘¿Qué es el Fernández?’. Se veía la alegría como nos salía del corazón. Luego, al ver que nos entregaron el trofeo y un parlante que era el premio grande, todas bajamos a dirección de nuestros compañeros que sí bailaron. Nos sentíamos alegres por ellos, y se me hizo chiquito el corazón, ya que sí se lo merecían. Ellos dieron todo su esfuerzo y lo lograron. Como siempre, nos quedamos de bulliciosos, haciendo quedar en alto al colegio.
Ya al momento de irnos, nos llevaron a un salón donde se encontraban las cosas de los compañeros que bailaron. Pero nuestros guías en estos pasos de la danza, Martita y Romel, nos dieron unas palabras que nos llegaron al corazón: ‘Este trofeo es de todos, porque somos un solo grupo. Tienen futuro y espero el mayor esfuerzo de todos para que este trofeo sea el primero, pero no el último’. Y tiene razón, la danza nos unió a todos.

Después, al momento de irnos, yo cargué el parlante con 2 chicas más, ya que sí estaba pesado. Pero en lo personal, no me importó, ya que tenía toda la fuerza del mundo en ese momento.
Al llegar al colegio, entramos gritando: ‘¡Fernández Campeón! ¡¡¡Fernández campeoooon!!!’. Era tanta nuestra alegría que no queríamos dejar de festejar. Luego, entre todos, ayudamos a guardar las cosas y nos retiramos a nuestros hogares con una alegría inmensa por haber cumplido este sueño de ganar. Aunque no bailé, sentí la misma emoción y siempre me lleno de nostalgia al contar estar experiencia.
Jhoselin Cristal Garcia Cordones
10mo ´´C´´ Vespertina






One response
Los sueños se hacen realidad cuando se trabaja con responsabilidad!!!
Felicitaciones a mis queridos estudiantes, Instructor, autoridades y padres de familia, sin su apoyo nada sería posible.
Gracias por este espacio de difusión.
Fernández mi vida!!!!!